En tailandés, la práctica de masaje es denominada «Nuad bo-rarn». Literalmente significa: nuad -presión de los dedos-, bo-rarn -anciano-.
El masaje Tailandés es una tradición para trabajar el cuerpo de manera individualizada, cuyos orígenes se encuentran en India, remontándose a los tiempos del Buddha, hace 2.500 años. Desde entonces el masaje ha evolucionado hacia una forma propia, llegando a convertirse en un arte muy rico, sofisticado y poderoso. Tradicionalmente se le ha asociado con los monasterios y los pueblos de Tailandia, como una expresión de la práctica de «metta» (amor bondadoso), práctica tan fundamental para la espiritualidad de Tailandia, siendo ésta esencialmente el Budismo.
El masaje está basado en movimientos de presión y extensión similares al yoga y al shiatsu, trabajándose tanto el músculo y el tejido conectivo como las líneas de energía del cuerpo llamadas «líneas SEN».
El estilo del Norte enfatiza que la acción sea suave y rítmica, poniendo hincapié en las líneas energéticas, mientras que la forma del sur enfatiza la presión sobre los puntos.
El masaje es relajante pero a la vez te da energía. Promueve el proceso de curación y de desintoxicación, además de abrir y suavizar el cuerpo. Practicado en una atmósfera meditativa con manos tiernas, se facilita el proceso profundo de «llegar a ser», donde éste podrá tener lugar.
El masaje Tailandés se hace vestido (con ropa ligera y cómoda) y sobre el suelo, empleándose una colchoneta, futón o mantas.